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El ronroneo tiene un efecto tranquilizante, no solo en las personas, también en el propio gato. El gato consigue tranquilizarse a sí mismo con ello, como ningún otro animal. Las gatas ronronean durante el parto para regular los dolores, las aún ciegas y sordas crías encuentran el pezón, y con ello la protección, mediante el ronroneo de su madre. Los gatos dominantes lo hacen para mostrarle a un compañero inseguro y nervioso que puede relajarse, algunos felinos ronronean cuando se sienten amenazados, para controlarse y tranquilizarse. Por lo que, aparte del ronroneo de bienestar, existe el que es para reducir el dolor, tranquilizarse y mantener el control. Los mininos también lo usan como medio de comunicación. Los gatitos lo emplean para animarse a jugar los unos con los otros y también para pedir más mimos, atención o comida a su humano.


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